La ecografía que se realiza en torno a la semana 20, de alta resolución o morfológica, es de suma importancia.
En esta exploración se realiza un estudio minucioso de toda la anatomía fetal, para descartar así posibles anomalías fetales, dado que en esta semana el feto está completamente formado. Se pueden descartar muchas alteraciones morfológicas, excepto aquellas de aparición tardía.
Se estudian de forma detenida, corazón, cerebro, órganos intestinales, sistema renal, vejiga y genitales.
Se realiza una nueva reevaluación del sistema esquelético.
De igual forma se realiza una nueva valoración del flujo sanguíneo a través de una arteria del cordón umbilical, así como a través de las arterias uterinas maternas. Esta valoración, que se ha incluido recientemente en el protocolo de la semana 20, sirve para hacer una predicción de un posible retraso de crecimiento fetal, y de hipertensión materna en los meses sucesivos.
Igualmente se ha incorporado recientemente, la medición del cuello uterino, como posible factor de predicción de amenaza de parto prematuro, cuando este se encuentra acortado.
